Final del juego

19.05.2013 11:50

FINAL DE JUEGOS

 

            Mis disculpas con Cortazar por encabezar este último capítulo con el título de uno de sus geniales cuentos, pero me pareció el más apropiado para toda esta historia de Pamperito SA. donde, utilizando todas las apariencias legales se ha logrado engañar y estafar a una gran cantidad de trabajadores.

            Así como los niños en el “gallito ciego” engañan para no ser descubiertos, también en el proceso de Pamperito SA. algunos se han puesto vendas en los ojos para engañar a otros violando expresas disposiciones legales y sobre todo destrozando los principios de la justicia.

            Pamperito SA. es ahora una empresa próspera, la cual, no se si arroja buenos dividendos, pero con seguridad otorga fabulosas ganancias a sus directores y a los allegados de ellos.  El estado prefiere mantener el status-quo de las cosas porque no quiere afectar los puestos de trabajo de los nuevos trabajadores que integran el plantel de las nuevas instalaciones de la empresa. Los acreedores principales, tales como los bancos, la seguridad social, el AFIP., quedaron satisfechos con un plan de pago a 25 años con un plazo de gracia de 11 años para los intereses. De esta manera pudieron eliminar el déficit que significaba la deuda de la empresa.

            Pero los ex trabajadores, contados de a miles, perdieron sus ingresos, sus sueños de progreso, su amor al trabajo que durante tantos años habían desempeñado y todo lo que esta pérdida apareja además. Muchos de ellos ya han muerto, otros de alguna forma se reubicaron (conozco a uno que volvió a su Corrientes natal y en un ranchito vive de lo que puede pescar en el Paraná). Hay familias que se disolvieron por causas económicas, otras que absorbieron a los despedidos bajo las alas de la protección familiar haciéndose cargo de la situación del despedido. Los más jóvenes lograron reubicarse en el mercado laboral y finalmente muchos pudieron acogerse a los beneficios de la previsión social, resultando así, en definitiva que la nación entera de la República Argentina se tuvo que hacer cargo del accionar de Pamperito SA..

            No crean sin embargo que este relato pretende acusar a la justicia Argentina ni al derecho en general, ambos son impecables y poseen principios sólidos que permiten, en definitiva que se haga justicia ante circunstancias como las narradas en estos capítulos. El sistema es bueno y es el correcto, pero como siempre muchos se ponen vendas en los ojos cuando el sistema es violado por razones que a veces pueden ser justificadas pero en general pasan por otro lado, donde la negligencia o la incapacidad son las causales más livianas. Así lo  ha manifestado la Procuradora General del Fuero Comercial en una de sus charlas: “Los jueces en los casos de concursos son livianos”.

            PERO NO TODO ESTA PERDIDO y la probidad de los jueces que intervinieron en causas promovidas por algunos trabajadores con posterioridad a los hechos, demostró que, en definitiva, se hace cumplir la ley y se aplica la justicia:

            Algunos trabajadores, no muchos, impugnaron los convenios celebrados espúreamente con la empresa (según lo narrado en el capítulo anterior). En todos los casos los jueces intervinientes y las Cámaras de apelaciones declararon nulos dichos convenios y ordenaron pagar a los trabajadores lo que realmente se les debía.

            No fue fácil la tarea, en primer lugar los juzgadores mostraron su estupor ante las circunstancias denunciadas, luego analizando los hechos llegaron a la conclusión de que se había actuado en fraude a los trabajadores y que debían restituirse los derechos de acuerdo a lo que la ley establece.

            Sin embargo faltó una actitud sancionatoria contra el accionar de la empresa y algunos funcionarios públicos pese a que las leyes ordenan las sanciones y en todos los casos se ha pedido la intervención de los Procuradores correspondientes par que establezcan si hubo fraude que merezca ser sancionado.

            Pero la gran masa de ex trabajadores de Pamperito SA. desconoce que tiene derecho a reclamar lo que por ley les corresponde, aunque el tiempo se les está acabando por las disposiciones sobre la prescripción, todavía les queda 1 año. Pero también le queda 1 año a Pamperito SA. para rectificar su conducta y  recomponerla, porque estoy convencido que los jueces no van a desoír sus propuestas si estas son realizadas de buena fe y de acuerdo a ley. Sin embargo me parece que van a esperar que transcurra este año que falta, para quedar totalmente a salvo bajo el paraguas de protección de la prescripción.